Esta ha sido la senda de toda una vida, de un joven soñador que entendió que el tiempo es valioso, que los propósitos son más grandes que las metas, y que la vida termina siendo simple: se trata de perseguir la plenitud, el amor y la felicidad.
Ese camino condujo a la consolidación de una ilusión que se volvió legado: Dominio De La Espriella, una destilería colombo-italiana que respeta las tradiciones, innova desde el conocimiento y crece gracias a la rebeldía de ese joven erudito que se fijó en la vida el propósito de compartir la pasión por embotellar arte puro.